15 enero 2009

El Triunfo de los Mediocres vs. La Gran Minoría

No soy un tipo al que le gusten los refritos, ni suelo usar recopilaciones para dar contenido al blog. Pero en esta ocasión no me he podido resisitir.
En menos de una semana he tenido la misma conversación dos veces con personas distintas. Lo que yo intentaba explicarles es algo que traté en este blog hace ya 3 años, de hecho fue el primer post "en serio" que escribí.
Obviamente algunas cosas están desfasadas, sobre todo los ejemplos que utilicé en su día, pero no dudo de vuestra capacidad para encontrar sobrados ejemplos de sus respectivos contemporáneos.

Y ya que es un copy paste lo haré en toda regla, tal como hacen los trabajos escolares la juventud de hoy: no voy a cambiar ni una coma.


EL TRIUNFO DE LOS MEDIOCRES VS. LA GRAN MINORÍA

Cada época es diferente a la anterior, ni mejor ni peor, y a nosotros nos ha tocado vivir en aquella que aparecerá algún día en los libros de historia bajo el epígrafe: El triunfo de los mediocres. En el futuro, tal vez la psicología utilice nuestros patrones de actuación para identificar comportamientos anormales y trastornos de personalidad.

- ¿Es grave doctor?

- No voy a mentirle, es muy grave. El paciente muestra una conducta fuera de toda lógica. Repite frases incoherentes una y otra vez: la noche me confunde, grrraro grrrraro grrrraro, ¿dónde está mi mochila?...Creo que estamos ante un caso claro del síndrome el triunfo de los mediocres.

En la actualidad, conductas como la anterior resultan de los más normales. Vivimos en un país que no sólo no aborrece la mediocridad, sino que la premia. Ensalza a sus practicantes a la categoría de ídolos y los convierte en auténticos iconos de seguimiento para la multitud. Sólo de esta manera se explica que una persona, noche tras noche, se suba sobre una mesa para bajarse los pantalones y no pierda ni un ápice de su ya cuestionada, gracia inicial. Pero… ¿hasta que punto puede o debe sentirse culpable la sociedad de su actitud? Bien es cierto que el ser humano es capaz de hacer cosas insospechables, por ejemplo pagar dinero por asistir a un plató donde tiene que soportar que le ordenen cuando ha de levantarse, cuando de gritar, cuando de bailar, cuando de hacer el ridículo, incluso que tenga que aguantar que un tipo grosero y repugnante, al que tú le estas pagando el sueldo que cobra, salte hacia el público y caiga sobre ti. Pero también hay que reconocer que existen pocas alternativas. La televisión es el referente por excelencia de la sociedad hoy en día, y no pone mucho de su parte. Los lunes los famosos bailan, los martes cantan, los jueves cocinan, los viernes y sábados nos cuentan sus vidas…y todo eso salteado con gente que se pelea en una casa, que intenta ser estrellas de la canción, que sobrevive en una isla paradisíaca o que simplemente aparecen de vez en cuando por televisión sin ningún otro oficio; que sí beneficio.

THE LONG TAIL Y EL TRIÚNFO DE LA MINORÍA

¿Realmente no hay elección? Como reza la cabecera del blog, todo en esta vida es opinable; y yo, en este caso, opino que sí: hay elección. Y es aquí donde surge el concepto Long Tail (larga cola). Hasta ahora, la distribución, ya fuera de bienes de entretenimiento/comunicación (música, televisión) o bienes de consumo e incluso bienes financieros, ha estado centrado en el nicho de mercado más grande, el segmento que más beneficios les podía proporcionar. Esta tendencia ha llevado a la agrupación de los gustos y preferencias de las personas en torno a unos estándares preestablecidos que hoy se pueden ven representados claramente en medios como la televisión (reality shows, talk shows) o en la música (Britney Spears, David Bisbal en nuestro país). La novedad es que ya hay empresas que han comenzado a darse cuenta de que ese no es el segmento más importante del mercado. Los que se centraban en él, dejaban sin cubrir una larga cola que representa un mayor volumen que el cuerpo principal. La dificulta radica en que en esta cola se engloba a todos aquellos que no responden a los patrones de conducta general, por lo que el grupo resultante no tienen porqué que coincidir en sus gustos personales. En este punto es donde las empresas deben centrar sus esfuerzos. Si encuentran la manera de aunar a la totalidad de personas que se existen dispersas por la cola, conseguirán un grupo de mayor dimensión e importancia que el que compone el cuerpo en la actualidad. La tarea no es fácil, eso es obvio, sin embargo ya se están lanzando iniciativas con cierto éxito. Un ejemplo: existe en internet una radio a la carta que te permite escuchar únicamente la música que te guste. El procedimiento es sencillo, introduces el nombre de un artista o grupo representativo del estilo de música que quieras oír y el programa genera automáticamente una lista de artistas similares, extraída de una base de datos compuesta por los hábitos de escucha de los demás usuarios. De esta manera, este servicio se presenta atractivo a cualquier miembro de la cola ya que, a pesar de tener gustos diferentes entre ellos, van a encontrar exactamente lo que buscan. El programa es capaz de ofrecer pues una respuesta concreta a los gustos diferentes de la sociedad, una respuesta que, hasta ahora, no se la había ofrecido nadie.

El triunfo de los mediocres es un título que la sociedad de hoy se ha ganado a pulso; ahora hay que decidir como queremos que se recuerde a la siguiente época. Tal vez: La gran minoría…Suena bien, ¿no?

3 comentarios :

Xerenor dijo...

No podría estar más deacuerdo amigo... Símplemente decir que ojalá el artículo lo hubiera escrito yo en mi blog!

Genial.

Sach dijo...

Vaya, creo que es el mayor alago que me han dicho en el blog! pues nada, todo tuyo, un copy paste y listo (dejando un enlacito a mi blog por lo menos, jeje)

El artículo tenía ya tiempo pero por lo que se ve en este mundo no pasa de moda...

Anónimo dijo...

vete a la mierda

 
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