30 octubre 2008

Hikimoris, ¿hay en España?

Hace tiempo vi un reportaje en televisión y hoy he vuelto a leer un reportaje de los hikimoris, ¿sabéis quienes son?. Para los que no, los hikimoris son jóvenes, adolescentes que se aíslan del mundo y se encierran en su habitación durante años, donde construyen su mundo particular acompañados casi siempre de videojuegos e Internet. Rechazan al resto del mundo, sobre todo a sus familiares y compañeros de instituto con los que apenas mantienen relación, sólo la obligada. Este fenómeno social que afecta a miles de jóvenes en Japón, donde apareció la corriente, ya está llegando a América latina y a Europa.
Según la BBC en Japón sufren de “hikimori” más de un millón de personas. Jóvenes de entre 17 y 30 años, la mayoría chicos, que aunque comparten el hogar con sus padres, se pasan años enteros sin verlos, no salen de su habitación.
Según una noticia que publica hoy Noticiasdot.com un adolescente venezolano que se identifica como “Hyozanryu” accedió a una conversación con BBC Mundo y reconoció su problema: “Mi vida siempre estuvo así, yo desarrollé una repelencia activa hacia todo el mundo, cuando ya no estaba aislado sino conciente de mi alrededor, solo tenia una sensación de odio hacia todos, especialmente hacia mi papá y mis compañeros de clases”.
Me quedo estupefacta al leer esta noticia que no sólo es curiosa sino que me ha hecho pensar mucho porque es cierto que a los jóvenes de hoy día noto que les cuesta más trabajo relacionarse, pero ¡¡hasta estos extremos!!. Y me hace que pensar…porque el otro día, a una de mis alumnas le pregunté por una compañera con nombre y apellido (de una clase de unas 40 personas) y ni le sonaba, supuestamente después de cuatro años en la misma clase. En mis tiempos, yo conocía a todos mis compañeros, con nombre y apellido y aunque no era amiga de todo el mundo, sí que por lo menos alguna vez había hablado con ellos.
Y es que también he percibido, ahora que me relaciono más con jóvenes, que está de moda hacer del egoísmo, del odio hacia los demas, del encerrarse en uno mismo, del no hablar con nadie, ir a tu bola… un rasgo fundamental en la personalidad de una persona. De hecho también he leído por ahí que hay especialistas, psicólogos, que perciben esta sensación últimamente mucho en sus consultas como si de una moda o más bien una epidemia, se tratara.
Y llegados a este punto, ¿qué importancia tienen en todo esto los videojuegos?. Pues también en Noticiasdot.com según una especialista consultada “los juegos de Internet permiten mostrar veladamente aspectos de la personalidad que se encuentran ocultos o reprimidos y conseguir reconocimiento y supremacía, en los juegos en los que se crea un personaje que va aumentando su poder a medida que consigue puntos, pudiendo llegar al liderato de otros jugadores subordinados”.
El mismo chico del que hablábamos antes, “Hyozanryu”, coincide y agrega: “Internet tuvo un gran efecto en mí, al proveerme de un mundo que no necesitaba verme, que no me criticaba, ni me excluía por estar solo. Aquí fue cuando encontré los foros, y los videojuegos. Durante toda mi niñez mi aislamiento produjo un vacío emocional que luego se compensaba con días de hasta 12 horas viendo televisión, y jugando a los videojuegos, en donde interpretamos a un héroe o un personaje”.
En fin, me quedo perpleja, pensad vosotros mismos qué parte de culpa tienen en todo esto los videojuegos, Internet…o la falta de diálogo con los padres.

Un saludo,
Pink!

22 octubre 2008

DE TENERTE A MI LADO


De tenerte a mi lado

ya no miro las fotos,
quizá tú no lo sepas
dejé ir al pasado.

De dormir a tu lado,
he olvidado los sueños,
ya no quedan recuerdos
de lo que era vacío.

He leído tus manos
y olvidé mis defectos al estar en tus labios.

De tenerte a mi lado
tanto tiempo a mi lado,
olvidé que hubo un día
que tal vez no estuviste.

De mirarte a los ojos
he aprendido a escribirte
apretando los huesos
jurando que existes.

De abrazarte en la noche
aun visito portales aun despido balcones.

Me olvidé que llegaste
una noche con frío
y a pesar de la lluvia
se que nunca te has ido.

01 octubre 2008

Escuchar.... de los que saben

Me gusta el cine, me encanta hablar de cine, pero sobre todo, me gusta escuchar a gente que sabe de cine. Una persona sabia me dijo una vez, ya a la vejez, que a él le encantaba hablar pero lo que más le gustaba era escuchar a gente que de verdad tenía algo que decir. Así es como se aprendía antes y como se sigue aprendiendo ahora.

Por eso desde no hace mucho ando metido en una gran web de cine. El Séptimo Arte es un lugar por donde da gusto pasar. Sobre todo por su foro, donde se hace realidad el dicho de "no te acostarás sin saber algo nuevo" Y el Cineclub que tienen montado es un buen lugar para ello. Cada més toca peli nueva y este mes me ha tocado a mi elegir.
Teniendo en cuenta que no tengo demasiado tiempo libre y que soy bastante vago, todo sea dicho, voy a aprovechar y con vuestro permiso voy a poner copia por aquí de la crítica que hice para el foro del film.
(Pd: si hay por aquí algún septimoartiano, podéis dejar de leer. Es un copy paste en toda regla. ¡Qué esperábais! Ya dije que soy bastante vago)



GUÍA INCISOS. CINE. Johnny cogió su fusíl

No se si estoy vivo y soñando o muerto y recordando


A los 15 años un chico se encuentra en una etapa de pasotismo absoluto en la que todo lo que se separe medio metro de sus narices, carece de importancia alguna. Quizá por eso, cuando el profesor de filosofía puso esta película en clase fue un fracaso absoluto. Bostezos, comentarios “ingeniosos” y alguna que otra cabezada fueron el resultado.
Sin embargo, a pesar de verla en esas condiciones y en varios pases (50 minutos de clase no dan para mucho) quedó algo en mi que me exigió volver a verla pasado un tiempo y con más calma.

Diez años después he perdido la cuenta de las veces que he podido ver esta película y jamás deja de sorprenderme. Cierto es que ha perdido el encanto de la primera vez, cierto es que Dalton Trumbo, como director, deja bastante que desear. Pero simplemente la historia ya tiene la fuerza suficiente para hacer de esta película, aunque incomprensiblemente para muchos, una de mis favoritas.

Trumbo, basándose en la novela homónima escrita por él miso, adaptó para el cine la historia 30 años después de escribirla. Quizá no sea el mejor director como decía antes. Y quizá se podría haber sacado mucho más de la película (estaba previsto que la dirigiera Buñuel pero finalmente sólo colaboró en algunas escenas sobre las que deja notar su firma). Sin embargo, aunque no saque nota, sí que cumple. Utiliza bien la técnica del BN/Color para distinguir la vida real de los sueños y recuerdos que se entrelazan durante todo el metraje. Los actores están a la altura del guión, sobre todo un estupendo Jason Robards, (padre de Joe) y Donald Sutherland (interpretando a Cristo) Y especial mención merecen los diálogos, monólogos en muchas ocasiones, que son excelentes.

Pero lo realmente impresionante en esta historia es el contenido, no el continente. Ahí es donde la película de Trumbo convence. Calificada de muchas maneras (antibelicista, pro-eutanasia, pro-derechos humanos,…) personalmente creo que es un grito desgarrador a la vida en el sentido más amplio de la palabra. A vivir en paz, al amor, pero sobre todo a tener el derecho de vivir.

El film resulta agónico y emotivo a partes iguales. Pasaremos de una atmósfera agobiante al ver la incapacidad de Joe de comunicarse con el mundo exterior a otra conmovedora, al descubrirse capaz de controlar el tiempo o poder sentir el sol.
Entre medias, escenas surrealistas cargadas de intención, como el guiño a la película de Tod Browning “Freaks” cuando Joe se imagina como atracción de feria o la escena de sexo con la enfermera, tratada con una naturalidad pasmosa.
Y envolviéndolo toda la historia, iremos descubriendo las ideas y el posicionamiento de su director acerca de temas políticos y sociales como la guerra o la democracia (impresionante el diálogo del padre con Joe niño acerca de lo que significa ésta última)

Con todo, el conjunto me parece extraordinario. Una película que no sólo no pierde con el tiempo sino que se revaloriza con el paso de los años y más aún viendo como la sociedad en que vivimos parece haber aprendido poco desde que se estrenó.
 
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